Sin duda es el artículo 8 de la Constitución uno de los más conocidos. También ahora el 155 (pero como si no se conociese) y ¡cómo no!, el artículo 2 que introdujo sin querer queriendo aquello de la indisoluble unidad de la Nación española mientras nos colaba el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones. Menudo lio, ya digo, sin querer queriendo.
El resto de la Constitución se conoce también, pero menos.
Si un militar habla del artículo 8 de la Constitución, ya se sabe, se alude al ruido de sables, impertinente expresión cuyo contenido solo responde a la mala intención de los que abogan por el conocido <<mientras peor mejor>>.
Sin embargo, nadie habla del sablazo, alfanjonazo, de los parlamentarios que rompen la integridad territorial de España -y no pasa nada-. No es ruido sino tormenta desatada, campos yermos, cosecha devastada por el…
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